viernes, 13 de noviembre de 2009

Con nuestra participación ejercemos nuestros derechos

Recorrido de trabajo de la Comisión de Géneros de Empieza por Casa: del Taller en el Bauen al Encuentro Nacional de Mujeres en Tucumán



La Comisión de Géneros de Empieza por Casa se propuso generar espacios en los cuales las mujeres logremos efectivizar el ejercicio de nuestros derechos (ya sea haciéndolos cumplir o conquistándolos) y la participación política, social y sindical a través de la ocupación de espacios de decisión. Y es en función de esto que nuestro primer paso fue presentarnos ante la sociedad “ministerial” femenina y propiciar una charla entre las compañeras del Ministerio.
El viernes 11 de septiembre las trabajadoras del Ministerio encontramos un espacio en donde pudimos escucharnos, vernos y enseñarnos. Nosotras, como trabajadoras, nos juntamos. La cita fue en el Bauen. El motivo conocernos y compartir nuestras vivencias, identificar nuestra cotidiana realidad. Para ello proyectamos un corto de Las mujeres de Urabá (Colombia) a través del cual nos mostraron sus miedos, presiones, deseos y experiencias, y así luego de verlas, se fue generando un debate rico, heterogéneo y movilizante. Nosotras comenzamos a hablar de nuestras dudas, miedos y percepciones de manera libre, escuchándonos unas a otras: la doble jornada laboral, las relaciones de poder cotidianas (en el ámbito doméstico y en el laboral), los abusos y la violencia, los estereotipos femeninos, la maternidad y el “deber ser” fueron algunas de las cuestiones que comenzaron a emerger. Las temáticas fueron surgiendo unas a unas de manera espontánea. Pero más allá de todo, lo importante es que pudimos encontrarnos y reconocernos y reconocer la importancia de generar espacios para compartir y acompañarnos. Todas coincidimos en que este tipo de encuentros materializa la oportunidad de tejer una red que permita un trabajo capaz de ayudarnos a pensarnos y repensarnos desde nuestras prácticas habituales. De esta manera, el taller concluyó con muchas cuestiones para profundizar y ahondar en próximos espacios de reflexión.

Participar es también nuestro deber
El desconocimiento de nuestros derechos hace que no podamos hacer valer aquello que nos corresponde. La naturalización de ciertas situaciones genera adaptación y la creencia de que tenemos que ser de determinada forma o comportarnos de tal otra sólo para sentir la aceptación de las/los otras/os.
Todas esas situaciones invocan la necesidad de transparentar relaciones de poder que se van instalando entre varones y mujeres en cada rincón de nuestra cotidianeidad, de manera natural y por lo tanto indiscutible.
Empoderarnos, ésa es la cuestión. Lograr tomar el poder de nuestras decisiones, lograr armar, sostener y hacer valer nuestras opiniones frente a quien sea. Entender que participar en pos de reivindicar nuestros derechos como trabajadoras y trabajadores es tarea tanto de varones como de mujeres.
De esta manera, es necesario que podamos revisar nuestras prácticas porque es desde ellas desde donde vamos a poder realizar los cambios concretos. Por eso, trabajar entre todas/os sobre nuestro día a día y sobre la manera en que nos interpelamos es parte de este proceso, el cual debe ser transitado de manera conjunta para que exista realmente un cambio en las relaciones de género.

Haciéndonos presentes en Tucumán

Finalmente, llegó y pasó el ENM. La capital tucumana nos recibió fervientemente al compás de las voces de más de 16.000 mujeres que arribamos para luchar y reivindicar nuestros derechos. Derechos que cada una de nosotras debemos hacer valer.
El Encuentro tuvo lugar el fin de semana del 10 al 12 de octubre y consistió en el desarrollo de talleres de múltiples temáticas que hacen referencia a la vida de la mujer. Los mismos se desarrollaron a partir del debate y el aporte de cada una de las participantes, las cuales eran de procedencia heterogénea (partidos políticos, organizaciones sociales, movimientos y organizaciones sindicales) y contaban con experiencias diversas. Cada uno de los talleres plasmó en las conclusiones finales el consenso colectivo alcanzado en el debate. Las mismas fueron leídas en cada taller en particular el día domingo y de manera general el lunes al mediodía. Conjuntamente a la realización de dichos talleres, el Encuentro contó con una suculenta agenda cultural que abarcó desde obras de teatro, charlas, exposiciones y música en vivo, entre otras tantas ofertas.
Salteñas, jujeñas, cordobesas, misioneras, santiagueñas, mujeres de cada una de las provincias del país confluyeron en Tucumán con los brazos en alto y las voces al unísono para decir basta. Basta a cualquier tipo de discriminación y violencia contra la mujer, basta de desaparecidas por las redes de prostitución de niñas, jóvenes y mujeres. Y, a su vez, esas fueron las mismas voces que gritaron sí a la organización de las mujeres para acerse oír y hacer valer cada uno de sus derechos.
El momento de mayor concentración de fuerzas tuvo despliegue en la Marcha del Encuentro el domingo por la tarde. Durante la misma las miles de mujeres congregadas se mostraron, se oyeron, se expresaron. La unión hace a la fuerza y eso quedó demostrado en cada una de las calles en que miles y miles de nosotras marchamos conjuntamente para decir: “Cuando una mujer dice no, es no” en todos los ámbitos de la vida.

Hacia dónde vamos
En particular, desde la Comisión de Géneros de este Ministerio buscamos poder organizarnos para que las mujeres logremos participar y estar en cada uno de los espacios en donde se toman decisiones que nos atañen a todos y todas por igual. Por eso buscamos y propiciamos periódicos encuentros para identificar nuestras inquietudes y dificultades y trabajarlas entre todas, apoyándonos para lograr que ser mujer no obstaculice los procesos de validación de nuestros derechos como mujeres y como trabajadoras: para ser reconocidas como mujeres trabajadoras con derechos.
Importante es lograr visualizar al sindicato como un espacio del cual debemos apropiarnos y motorizarlo a fin de hacer valer nuestros derechos y terminar con la precariedad laboral que sufrimos todos y todas. Motorizarlo es parte de nuestra tarea.
Sólo con la participación y compromiso de todas y todos podremos lograrlo.

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