domingo, 26 de julio de 2009

"Quién hubiera dicho que estos poemas míos iban a ser de otros"

En homenaje al entrañable escritor y poeta uruguayo Mario Benedetti



En mayo, a los 88 bien vividos, se fue Mario Benedetti, poeta popular si los hubo y si los hay.
Autor de una obra muy amplia, parte de la cual alcanzó gran difusión, Benedetti se constituyó en una especie de educador sentimental y político de sus lectores. En un lenguaje que aunó sencillez y cercanía, fue capaz de dialogar con varias generaciones de rioplatenses primero, de hispanoparlantes después.
Desde la década del 60 muchos de sus poemas, en correspondencia con un ritmo que los distinguía, fueron adquiriendo la forma de canción, y así también perduran.
En 1971, junto con otros militantes del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros, fundó el Movimiento de Independientes 26 de Marzo, agrupación a la cual representó en la mesa ejecutiva del Frente Amplio hasta 1973, año en el que se vio forzado a abandonar el Uruguay. Su exilio, en Buenos Aires primero, trascurrió en distintas ciudades y continentes, siempre en el mismo ámbito idiomático.
Superadas las dictaduras, Mario Benedetti regresó al Río de la Plata en 1985.
En 1945 había publicado su primer libro de poemas, al tiempo que se incorporó a la redacción del semanario Marcha, de Montevideo. En total, escribió más de 80 libros de poesía, ensayos, cuentos y novelas, además de su producción como periodista. Fue traducido a más de 20 idiomas. Editó 13 discos en solitario, y otros 4 a dos voces con Daniel Viglietti.
Benedetti consiguió un logro inhabitual entre los intelectuales de esta época: ser percibido como uno de nosotros, con voz potente y autorizada. Nos ayudó a descubrir la rebeldía que hay en la vida cotidiana, en la gente de la calle, a la cual supo interpretar y de la cual recibió amplio reconocimiento. Desde allí, desde tantos lugares, volvemos a decir con tu puedo y nuestro quiero, seguimos juntos, compañero.


Gallos sueños

Tenemos una paciencia verde y sólida como un caimán
una paciencia a prueba de balas y promesas

sabemos aguantar con los delirios en acecho
hacer almácigos con nuestros odios mejores

tenemos una esperanza blanca y prójima
como una paloma que ya no es mensajera

tenemos una esperanza a prueba
de terremotos y congojas

sabemos esperar rodeados por la muerte
sabemos desvelarnos por la vida

tenemos una alegría temprana como un gallo
una alegría convicta maniatada y rabiosa

sabemos cómo desatarla y sabemos
que al alba cantarán los gallísimos sueños.


Mario Benedetti

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