viernes, 24 de abril de 2009

La “changa” nuestra de cada día


¿Quién no ha estado frente a la computadora y algún collarcito le ha pasado por las narices acompañado de algunos comentarios de “¡Qué lindo, te queda bárbaro!” No es novedad para ninguna/o de nosotras/os la existencia de estrategias por parte de la/os trabajadora/es para incrementar los magros sueldos a los que nos tienen acostumbrados. Es por ello que pensamos cómo darle un lugar en nuestro boletín a prácticas que se han vuelto tan usuales en la vida de los trabajadores y es así, que en esta nota decidimos que la protagonista sería la tan mentada changa: la changa nuestra de cada día.
Lo cierto es que las búsquedas de estrategias y recursos complementarios -empresas en pequeña escala- de las/os trabajadoras/es del Ministerio, nos encontró este fin de año en medio de una nutrida variedad de “opciones para el arbolito”. Especie de feria con abundante circulación de mercancías en variedad y hasta en opciones de pago. Las vísperas de las fiestas y potenciales clientes a los que se los seducía con buenos precios, imprimieron un desfile de diferentes productos a ser consumidos tanto por la cartera de la dama como por el bolsillo del caballero.
Uno podía encontrar en los pasillos y en la publicidad del boca en boca, o la buena onda de alguien que hacía las veces de mula, una oferta que iba desde elaboración de confituras y minutas de bajo tenor graso, hasta bijouterie hecha en casa y ropa interior para fogosas, y no tanto, noches de paritarias. Las estrategias de marketing, incluyeron degustaciones, muestrarios improvisados, folletería con fotos y talles y explicaciones caseras de las bondades de la mercadería.
Pero la changa no es sólo el producto en si mismo sino que es fiel compañera de la extensión de la jornada de trabajo durante la noche y, muchas veces, durante los fines de semana: ¿cuándo sino se preparan las exquisiteces comestibles?, ¿cuándo se realizan las correcciones de los prácticos de los alumnos del secundario, o se elaboran los informes para alguna investigación o se completan las encuestas de algún sondeo de opinión?
Si bien estos últimos no fueron ofrecidos en la feria improvisada, son parte de los “rebusques” que dan cuenta de diversas prácticas que complementan ingresos y que conforman estrategias de supervivencia.
Este relato intenta dar cuenta de ciertos recursos y prácticas a las que las/os laburantes se ven obligadas/os a afrontar con el objetivo de completar su ingreso familiar, actividades que en algunos casos resultaron ocasionales pero en otras obligadamente se han vuelto permanentes.
Bienvenida la creatividad y la permanente “criollada”, pero cuando esta situación es empujada por salarios que no alcanzan, vale la pena analizar el contexto en el cual surgen y dejar lo anecdótico para Papá Noel.

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