viernes, 24 de abril de 2009

Aportar a la UNIDAD desde abajo, construir una ALTERNATIVA gremial

La necesidad de la participación y la organización gremial impulsada desde las bases

La pelea por condiciones dignas de trabajo nos exige cotidianamente pensar cuáles son las mejores formas y medios para obtener nuestras reivindicaciones. No son pocas las veces en las que “cortarse solo” parece ser la forma más efectiva de lograr mejoras (individuales) y por esto mismo no son excepciones los casos de compañeros/as que eligen resolver “lo propio” desentendiéndose del resto.
Esa es una realidad y no vamos a negarla. Sin embargo, no es con los/as “carreristas” que avanzan pisando cabezas con quienes nos interesa dialogar, sino con aquellos/as compañeros/as que están convencidos/as de que sólo son válidas y legítimas las soluciones colectivas, pero que muchas veces se desaniman al ver que tantos esfuerzos caen en saco roto o no brindan los resultados esperados. Con ellos queremos compartir algunas reflexiones y charlar sobre la necesidad de organizarnos gremialmente con criterios democráticos y participativos, pues sólo a través de esta herramienta vamos a tener chances de obtener mejoras que nos incluyan a todos/as.



Convertir la bronca, en organización

“Esto lo tenemos que resolver a nivel de la Dirección o de la Gerencia” o “los sindicatos no sirven para nada”, son comentarios que habitualmente escuchamos en nuestros lugares de trabajo. No faltan los motivos para llegar a conclusiones de este tipo, que en no pocas ocasiones tienen como causantes las “transas” y complicidades de los gremios con las autoridades, o en el mejor de los casos la impericia o pasividad para defender nuestros derechos.
Sin embargo, este sentimiento anti-sindical finalmente se nos vuelve en contra como un boomerang: cuanto más débiles sean las herramientas gremiales y más desorganizados estemos los/as trabajadores/as, peores condiciones de trabajo nos van a imponer. Ante esto, todas las movidas “autoconvocadas” tienen un enorme valor porque expresan el sincero deseo de muchos/as compañeros/as de involucrarse para cambiar la realidad que nos toca vivir; sin embargo, a poco de andar tienden a “pincharse” ante la imposibilidad de lograr respuestas efectivas a los reclamos. Estas dinámicas son constantes y debemos extraer las conclusiones correctas para no estar arrancando siempre desde cero. Resulta imprescindible encauzar esas energías y ganas de participación hacia formas colectivas de pelea y organización, que se sostengan en el tiempo, y que en el caso de la lucha reivindicativa de los/as trabajadores/as ocupados/as están indefectiblemente asociadas a las herramientas gremiales.

Organizar una alternativa
Ya comentamos en el primer número de nuestra revista que la mayor parte de quienes integramos Empieza por Casa somos afiliados de base de ATE. Creemos que a diferencia de UPCN –que de hecho cumple el rol de representante del Estado empleador ante los trabajadores/as, cuando debería ser al revés-, ATE ha demostrado históricamente un mayor compromiso en defensa de los derechos de los trabajadores/as (claro está, no exento de contradicciones ni aspectos cuestionables) y ofrece fundamentalmente mayores posibilidades de participación democrática para dar la lucha por nuestras reivindicaciones.
Por esta razón creemos que es imprescindible involucrarnos activamente en la gestación, desde ATE, de otro modelo de construcción sindical, que se desarrolle desde la base, mediante prácticas democráticas y antiburocráticas (ver abajo “La importancia de los delegados de base”). Que asuma que la organización en asambleas, la movilización activa y las medidas de acción directa son los métodos fundamentales para la defensa de nuestros derechos y la obtención de nuevas conquistas, y que esta necesidad no puede quedar postergada en función de la simpatía o adhesión política con los funcionarios o gobiernos de turno.
Por eso un grupo de compañeros y compañeras nos estamos organizando unitariamente alrededor de estos acuerdos, con el objetivo de conformarnos como un agrupamiento de base en el que trabajadores/as con distintas miradas políticas no antagónicas podamos aunar esfuerzos para dar una firme pelea por mejores condiciones de trabajo.
Sobre estas bases, y con esta perspectiva, los invitamos a sumarse a la gestación de una alternativa gremial democrática, antiburocrática y de lucha, para que juntos podamos definir los pasos a seguir y los caminos a recorrer. ¿El objetivo? Construir un Sindicato que nos incluya a todos y que pelee con decisión y sin titubear a la hora de defender los derechos de las trabajadoras y trabajadores del Ministerio de Trabajo.

Subnota:
La importancia de los delegados y delegadas de base
Para la gestación de otro modelo de construcción gremial es fundamental el papel que cumplen los delegados de base fuertemente arraigados en los lugares de trabajo. Esto es crucial para dar vida a una práctica de construcción que cotidianamente propicie valores de cooperación y solidaridad, compañerismo y fraternidad entre trabajadores/as. Y que además demuestre que el Sindicato no es algo ajeno a la realidad cotidiana de cada uno de nosotros, si no que toma cuerpo en ese compañero/a apreciado/a, valorado/a, que día a día comparte cada una de las vicisitudes que sufrimos en el laburo.
Por el contrario, es altamente sintomático –por lo negativo- que algunos/as delegados que hoy cuentan con representación formal tengan nula inserción y referencia entre sus compañeros/as de trabajo (o cuando no, directamente mantengan una mala relación con ellos/as).
Esto habla de un Sindicato que en lugar de acercarse más a las necesidades e inquietudes de los/as compañeros/as, no hace otra cosa que alejarse de ellas. Una pena.

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